top of page

Hasta la fecha nadie ha podido localizar la Caná bíblica. La actual ciudad de Kafr Kanna es identificada por la tradición y por muchos arqueólogos con la Caná mencionada en el evangelio de Juan (Jn 2,1-12). Según otros arqueólogos, la Caná del evangelio serían las ruinas de Khirbet Qana, situada como a 14 kilómetros al norte de Nazaret.



No se hallan particulares noticias históricas sobre Kafr Kanna. Las únicas informaciones vienen de algunos trabajos realizados por los franciscanos en la reconstrucción de la antigua iglesia latina y de algunos sondeos hechos por el Padre Loffreda en 1969 en el lado norte de la misma iglesia, los cuales pueden ser vistos en una de las fotos que aquí mostramos.



Caná no aparece nunca en el Antiguo Testamento. En ella se ubican dos señales realizadas por Jesús que nos son narradas en el evangelio de Juan: el agua cambiada en vino (Jn 2,1-12) y la sanación del hijo de un funcionario real (Jn 4, 46-54). Estas señales tienen un significado particular en este evangelio: son el primero y el segundo signo que Jesús realiza como muestra de su mesianidad. Señalan el inicio y el final de una sección del cuarto evangelio que se conoce como "Libro de los Signos" (Jn 2-4).



Caná actualmente cuenta con unos cinco mil habitantes, musulmanes y cristianos de diversas denominaciones: latinos, greco-católicos y greco-ortodoxos. 



A la entrada del poblado, viniendo de Nazaret, se observa la fuente donde hasta hace poco, como debió haber sido en el tiempo de Jesús, las mujeres venían a proveerse de agua. Si caminamos por la callecita principal, a la derecha encontraremos una iglesia greco-católica y otra greco-ortodoxa.

Más adelante, por la misma calle, encontramos la iglesia latina denominada Santuario de la Mediación de María, de cúpula rosa con dos campanarios que se observan desde lejos sobresaliendo entre las casas blancas de Caná. Esta iglesia fue construida por los franciscanos en 1881 sobre las ruinas de un edificio sacro anterior adquirido en 1879. (Recordemos que los franciscanos son los guardianes de todos los Santos Lugares católicos de Tierra Santa, propietarios de los mismos así como de muchos otros terrenos, casas y departamentos localizados por todo Israel y otros países de Medio Oriente).



Algunos sondeos realizados bajo el piso y alrededor de la iglesia han testimoniado la existencia de un edificio precedente que se remonta al siglo IV. Bajo el pavimento de la actual iglesia aún es visible un mosaico con una inscripción en arameo que dice: "Bendita sea la memoria de José, hijo de Tanhum, hijo de Butah, y sus hijos que han hecho este mosaico. La bendición descienda sobre ellos", el cual está inserto en lo que probablemente fue una sinagoga judeo-cristiana. 



Las excavaciones alrededor de la iglesia han sacado a la luz restos de una construcción romana, así como fragmentos de pavimento y mosaico que se remontan al siglo IV. En la cripta de esta iglesia se conserva religiosamente una ánfora antigua, como un recordatorio de la señal realizada por Jesús, así como una cisterna o silo de la habitación primitiva. Recordemos que el episodio de Caná no es histórico sino teológico por lo que ningún objeto ni edificación de este lugar perteneció a la narración que leemos en el evangelio. 



La iglesia fue consagrada en 1906 por el obispo Radini Tedeschi, de Bérgamo, que estaba acompañado por su secretario, Monseñor Angelo Roncalli, ¡exacto, adivinaron!, el mismo que se convertiría años más tarde en el Papa Juan XXIII, que convocó al Concilio Vaticano II.



Sobre la misma calle, a tan solo unos cincuenta metros pero en la acera de enfrente, se encuentra la iglesia franciscana dedicada al apóstol Natanael, que es identificado también como Bartolomé; y a un lado de la misma se localiza un cementerio cristiano-árabe.



Texto y fotos por: Javier Del Ángel 



Algo de arqueología e historia sobre Caná

Pequeño tour por el pueblo de Kafr Kanna, Galilea.

Caná: las bodas de la nueva alianza

Si das click a la imagen podrás verlas ampliadas y con algunas explicaciones adicionales.

Jn 2,1-12



Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba ahí la madre de Jesús; y fue invitado Jesús, como también sus discípulos, a la boda.



Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre:

«No tienen vino.»

Jesús le responde:

«¿Qué nos importa a mi y a ti, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»

Dice su madre a los sirvientes: «Cualquier cosa que os diga, hacedla»

Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.

Les dice Jesús:

«Llenad las tinajas de agua.»

Y las llenaron hasta arriba.

«Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.»

Ellos lo llevaron.

Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice:

«Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»

Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.

Relato evangélico de las bodas de Caná

bottom of page