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Presentación

 



Impulsados por la invitación del Concilio a que los laicos colaboremos de manera más activa en la Iglesia y animados por la pasión en el estudio y divulgación de la Palabra de Vida, es como nace el CENTRO DE ESTUDIOS BÍBLICOS “XAIRE” (CEB Xaire) Nuestra misión es colaborar en la liberación y desarrollo integral de la persona humana por medio de la investigación, la enseñanza y la divulgación pública de la Biblia para así comprender y vivir mejor la Palabra de Dios contenida en la Escritura. En nuestra labor nos distinguen tres elementos:

La fidelidad al programa renovador del Concilio Vaticano II: (1962-1965) el Concilio es el gran programa que delinea las pautas de reflexión y acción de la Iglesia para nuestro tiempo. Fue un concilio pastoral y ecuménico (universal, incluyente, abierto a todas las religiones y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad), cuyo objetivo consistió en renovar los aspectos de la Iglesia que más necesidad tuvieran de ello, revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.

El tema bíblico fue de tal importancia que el Concilio dedicó toda una Constitución a la Biblia. Esa constitución se llama "Dei Verbum" (Palabra de Dios) y contiene unas pautas renovadoras para el estudio e interpretación de la Biblia que deben ser tomadas en cuenta por todos los católicos. El Concilio, iniciado por el Papa Juan XIII y terminado por Pablo VI, se planteó siempre cómo dar respuestas más adecuadas a los retos, expectativas y anhelos más profundos del ser humano de hoy para ser más fieles al evangelio de Jesús.

En esa labor, la renovación bíblica es de vital importancia ya que la Biblia y la realidad concreta de cada ser humano, (lo que llamamos "signos de los tiempos") son el punto de partida de toda teología y de toda pastoral.

La investigación cualificada: en todas nuestras propuestas integramos los conocimientos e investigaciones interdisciplinarias más acreditados de los principales maestros e institutos en teología bíblica a nivel mundial. A su vez, generamos también nuevas aportaciones, fruto de la propia investigación, que ayudan a clarificar cada vez mejor el mensaje bíblico.

La enseñanza y divulgación pública: y al mismo tiempo buscamos que al transmitir dichos conocimientos fruto de la investigación bíblica, éstos sean comprensibles para todos, para el gran público, con espíritu ecuménico, empleando un lenguaje accesible, sencillo, claro, directo, de manera que se conozca el contenido de la Escritura lo más fielmente posible a como quisieron transmitirlo sus autores para que posteriormente cada persona o grupo pueda reflexionarlo y decidir pautas para su vivencia individual o comunitaria.

Hemos llamado a este Centro: “XAIRE”, palabra griega que significa "ALÉGRATE". Es la misma palabra que el evangelista pone en boca del ángel Gabriel cuando saluda a María: "Xaire kejaritomene”,"Alégrate, llena de gracia" (Lc 1,28). XAIRE es indiscutiblemente el sello del mensaje de Jesús, un mensaje que sólo es Buena Noticia, siempre y para todos, y que por ello cuando se proclama a los hombres y mujeres únicamente puede ser motivo de amor, solidaridad, felicidad y libertad.

Con esa misma alegría y espíritu de colaboración es que ponemos el CEB “Xaire” a disposición de las diócesis, institutos religiosos, asociaciones de laicos, centros y grupos de estudio y reflexión teológica, organizaciones civiles, catequistas, ministros, agentes de pastoral y público en general interesado en los estudios bíblicos, esperando poder ofrecer un servicio cualificado y de utilidad para todos.



Gracias por su atención y esperamos poder servirles en sus múltiples iniciativas de formación.

Fraternalmente:

Javier Del Ángel De los Santos

Miembro Fundador y Ex-Director

CEB “Xaire"

El Concilio Vaticano II supuso un momento especial de aggiornamento, de renovación para la Iglesia. A partir de entonces, en el ámbito de la tradición cristiano católica, tomaron nueva fuerza o nacieron muchas iniciativas para investigar, difundir y estudiar la Biblia. Los grandes avances en las ciencias bíblicas y el interés de mucha gente por conocer mejor la Escritura, posibilitaron el surgimiento de grupos, escuelas e institutos bíblicos para laicos en muchas diócesis del mundo.

Ha sido un camino hermoso, lleno de experiencias vivificantes, y aunque tampoco ha  estado exento de dificultades y de incomprensiones, también es cierto que ha prevalecido el impulso arrollador del Espíritu, fuerza vital que anima a las comunidades eclesiales para comprender y vivir cada vez mejor el mensaje, la palabra, el proyecto de Dios para la humanidad: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10).

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